Última publicación 29 de agosto de 2018 en EL HERALDO

Por: William Mebarak


Algunos pintores famosos

Con la primera exposición de los impresionistas, y más hacia el final del siglo con la obra de los grandes postimpresionistas, es innegable que el espíritu de la pintura comienza a cambiar en el último cuarto de siglo XIX y continúa este proceso hasta nuestros días.

Basta mencionar a Millet con Las Espigadoras; a Pissarro con el Sol de Marzo; a Monet con El Puente de Argenteuil; a Carriere con La Maternidad; a Renoir con El Columpio; a Manet con El Taller; a Cezanne con La Naturaleza muerta con la Cómoda; a Gauguin con Nevermore; a Van Gogh con El Hombre de la Oreja cortada; a Bonnard con La Muchacha en el Baño y a Matisse con La Odalisca con la Bombacha colorada.

Los impresionistas fueron revolucionarios sin saberlo, al mirar la naturaleza a través del aire y la luz que envuelve las cosas. Al inventar un espacio sin límites, les satisfacía por sus resonancias de infinito.

Los pintores que vinieron después, aunque reaccionaron contra lo que se dio en llamar "los excesos del impresionismo" y volvieron a la representación sólida, no olvidaron la lección de sus mayores y aprendieron a tomarse libertades en la representación, lo que les permitía expresar el mundo interior propio con mayor veracidad.

Esta conquista determinó modificaciones en forma en lo que se refiere al espacio y el tiempo que expresa el movimiento, esto se fue ampliando en los años siguientes.

Pero tanto los impresionistas como los postimpresionistas, siguieron apoyándose en el mundo real por una parte y en el desordenado mundo de los sentimientos, por otra.

Hasta entonces la pintura sigue siendo romántica.

En Bruselas existen maravillosos museos de arte de Bélgica, y de un grupo de pintores de los siglos XV y XVI, conocidos como los primitivos flamencos, como por ejemplo: El Bosco, Jan Van Eyck y Breughel. Pintores que sentaron las bases del arte moderno.

Mientras que en Brujas, una maravillosa ciudad del siglo XV, con hermosos edificios y canales, hay un museo en el que se exhibe el primitivo arte flamenco. Entre los primitivos pintores flamencos existía la costumbre de viajar a Italia para perfeccionar su arte, estudiar el color, la textura y refinar su técnica. Estos esbozaban y pintaban paisajes italianos y para luego regresar a las ciudades de Bruselas o a Amberes.

Cuando los artistas pintaban sus mecenas, utilizaban los paisajes, de las ciudades nombradas anteriormente, como "telones de fondo" de sus cuadros que son de una calidad notable en su estilo y contenido, el cual se desarrolló en 1937.


Nuestra heterogénea sociedad


Nuestra sociedad, que tiene tantas necesidades, cada sector tiene a mano un extenso pliego de reclamos.

Los industriales exigen mejores tarifas en los servicios públicos, mayor cobertura y elasticidad estatal en lo que atañe a la política de importación de insumos y materias primas.

Los comerciantes reclaman disminución de los impuestos y de la base tributaria, además de un generoso cupo crediticio por parte de los bancos.

Los inversionistas piden rebajar las tasas de interés para los dineros de colocación, mientras que los obreros insisten en mejores condiciones salariales y créditos domésticos.

Los independientes que laboran dentro del marco de la economía informal piden libertad para vender mercaderías en los andenes y calles de la ciudad.

También existen interminables colas de desempleados que piden oportunidades de trabajo. Sumado al campesino, ese incansable trabajador de la tierra y de nuestras despensas naturales, mártir del abandono y de la desidia oficial que se ha estado debatiendo entre el arado y las balas, entre las pestes y las inundaciones, entre las plagas y las sequías, entre la pobreza y el analfabetismo, es quien merece toda nuestra atención.

Un estudio especializado muestra como factor de inflación el desequilibrio que existe entre la producción del campo y la industrialización de las ciudades. El análisis señala que la producción rural agropecuaria utiliza un 80% del producto para alimentos, vestuario y salud. El 20% restante, que constituye prácticamente la ganancia o ahorro, debería ser reinvertido en el mismo sector productivo. Esto revierte de modo irracional hacia el sector industrial citadino.

Este fenómeno termina favoreciendo el auge de la industria, desestabilizando y descapitalizando el Agro.

La población humana en el mundo está siendo víctima de la creciente crisis de los recursos naturales, de la extinción de las especies, de la erosión genética, del desplazamiento de los suelos, de la tala de los bosques, de la crisis de la evolución, del envenenamiento de las aguas, de la extinción de peces, con una incidencia más directa sobre aquellos que viven especialmente de la tierra, de las plantas y de los animales.

Anualmente se pierde un número incalculable de millones de hectáreas de tierras cultivables a causa de la erosión, la contaminación y la conversión de tierras a usos no agrícolas.

Según William Clark, la cuestión básica no es la carencia de recursos. Muchos estudios han comprobado que se puede alojar y alimentar adecuadamente a la totalidad de la población del planeta y darle un medio que permita vivir más allá del miedo a la pobreza.

La clave es "cómo deben gestionarse y distribuirse los recursos existentes".

Hasta el momento, todas las soluciones para la pobreza del campo están frenadas debido a la falta de educación, ayuda técnica, créditos, empleos, servicios de higiene, agua potable, luz eléctrica, derecho a la sanidad, al transporte, a las comunicaciones y a la seguridad social.

Por lo tanto, poseen los más altos índices de mortalidad, miseria y total permeabilidad a la explotación de la que son víctimas.

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