Hablemos de fútbol | Final de la etapa Pékerman

El fútbol colombiano estuvo ausente durante 16 años del mayor evento de este deporte, el Mundial. Despuésde Francia en 1998, y antes de Brasil 2014, Colombia fue un triste y distante observador de la más elegante ycotizada fiesta futbolera orbital.

El Mundial es el torneo que valoriza internacionalmente el futbol de cada país, a sus jugadores y a todo lo queestá en su entorno. El certamen que más dinero le entrega a las arcas de cada federación. Por lo tanto, lamisión prioritaria de las Federaciones es que su Selección absoluta alcance la clasificación al Mundial: juegoel Mundial, luego existo (con permiso del cogito ergo sum, 'pienso luego existo', o más literal 'pienso, por lotanto soy' Descartiano).

Aceptando lo anterior, la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) contrató a José Pékerman para liderar eseimpostergable objetivo: no más mirar el Mundial por televisión, no más simples y lejanos convidados depiedras.

Y el técnico argentino cumplió, y por partida doble. Condujo acertadamente a la Selección a Brasil en 2014 yluego a Rusia, hace apenas un par de meses. Con un juego cadencioso, de esmerado cuidado por el balón yefectivo olfato goleador en las eliminatorias a Brasil y en el propio Mundial, alcanzó la mejor actuación en lahistoria de Colombia en los mundiales: cuartos de final.

La antesala y la participación en Rusia fueron menos agradable en lo futbolístico. Generalmente jugó mal,pero a su favor tuvo su talante competitivo. Involucionó en su juego y logró la clasificación in extremis. Y enRusia, en mi opinión, solo jugó bien ante Polonia, a la que venció 3-0. Sin embargo, apenas fue eliminada porInglaterra a través de los lanzamientos desde el punto penal. Entre uno y otro evento mundialista, estuvieronunas Copas América desteñidas, sin un objetivo definido y con muchas decisiones inconsistentes.

En función del objetivo mayor, no hay dudas, el paso de Pékerman por la Selección fue exitoso. En larigurosidad del análisis en otros aspectos, me parece que no sale tan indemne, especialmente en ladegradación continuada de su patrón y calidad de juego post Mundial 2014. Por lo tanto, en mi concepto, nodebería ser tan dramática y asustadora la reciente confirmación de su desvinculación del cargo.

Las acusaciones hacia el abuso de funciones y concupiscencia de su representante Lezcano, como motivode desgaste con los dirigentes, es un tema extra deportivo del que el técnico y los dirigentes se desmarcan,pero... Es tiempo de no seguir perdiendo el tiempo. La fecha Fifa de octubre debería tener al nuevo técnico.Para mí, uno que patrocine un juego más audaz que el que promovió el último Pékerman. Sin importar sunacionalidad, sino su capacidad.